viernes, 21 de febrero de 2014

colecciones

Me encanta entrar en un bar y ver un montón de objetos diferentes. Me gusta tomarme una birra mirando los detalles de cada uno de ellos.
En Madrid hay muchos bares característicos, para mí los mejores son los baretos palilleros (este término se lo he tomado prestado a una amiga, y refleja totalmente el tipo de bar al que me refiero).
Bar de barrio con botellines baratos y tapita de queso a ser posible (odio las aceitunas) aderezado con un hilo musical de kiss fm, m80, radio3 o radiolé.
Estos bares son museos de objetos antiguos, botellas de hace mil años, fotos de los 60, seguro que sale el del bar cuando era pequeño en su pueblo.
Me gustan, sobre todo, los que tienen colecciones: botellas, objetos de labranza, portadas de discos pegadas en las paredes, monedas, etc...
Me he movido bastante y he visitado, cómo no, unos cuantos bares. Tengo la suerte de poseer muy buenos recuerdos de ellos y cuando puedo, si el bar sigue abierto y estoy cerca, le hago una vista.
En León hay bastantes bares, aquí te tomas el corto o la caña con la tapa en cuestión, es muy conocido por eso. Hay bares muy majos. Pero los de los pueblos son los mejores. Y muchos con un encanto infinito.
Todo esto se me ha ocurrido porque estaba leyendo una noticia de un italiano que colecciona 10 mil latas de Coca-Cola, vamos, que se dice pronto. En el artículo aparece una imagen de una pared repleta de latas de múltiples colores y me ha recordado a la imagen de un bar de madrid que se encuentra por Tribunal al que he sido asidua durante un tiempo en el que estuve trabajando cerca y en el que el dueño tenía una pared entera con botellas de cerveza de diversos lugares del mundo.
Bueno, a mí me da por acumular chapas y posavasos de los sitios a donde voy. Algún día quisiera usar las chapas para hacer algo, se me ocurrió empezar un cuadro o especie de cuadro, por así decirlo, pero desistí en mi empeño, no estaba quedando tan bonito como pensaba. Así que por lo pronto las tengo en un tupper.
Hace tiempo que ya no me da por coleccionarlas, hum, es cuestión de retormarlo. Si un día monto un bar podría tirar de ellas ;)



el coleccionista de latas

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